Este artículo fue publicado originalmente en inglés por NiemanLab.
“El periodismo le va a hacer justicia a las realidades vividas de millones de personas al representar estas condiciones compartidas desde cero hacia arriba.”
Hay más de ocho mil millones de personas en el mundo, pero a menudo menos de ocho personas son destacadas en los titulares de noticias principales y temas de tendencia del día.
¿Qué hace a un puñado de personas tan especial como para atraer atención mediática tan amplia y continua? Usualmente, la contestación es que tienen un estatus élite como oficiales, celebridades o expertos con credenciales. Añade escándalo, el valor sorpresa, y eventos indignantes, y tienes una fórmula “ganadora” para un posicionamiento de primera de noticias en algunas de las plataformas y publicaciones más grandes de noticias y con los mejores recursos.
Por otro lado, la cobertura de problemas como la escala sin precedente de inundaciones en Pakistán tiende a depender de la taquigrafía numérica rápida: “millones ahora están sin hogar como resultado de las inundaciones,” por ejemplo. La misma taquigrafía aparece una y otra vez en cobertura de problemas locales relacionados a la necesidad básica de sobrevivencia de las personas, como la inestabilidad de vivienda, contaminación de suplido de agua, inseguridad alimentaria, y tiroteos masivos. Las personas se convierten en estadísticas, y los oficiales presumen hablar por las personas afectadas.
Una excepción exasperante a menudo toma la forma de un perfil de una persona marginada íntegra, excepcional que se ha, a pesar de todo, levantado por su propia voluntad para alcanzar alturas admirables al escapar de las condiciones estructurales en las que nacieron. Pero,
¿dónde deja eso a todas las otras personas que todavía son afectadas por estas condiciones? Invisibles, ignoradas y presuntamente insignificantes.
En 2023, yo predije que el periodismo va a prioritizar las necesidades básicas de sobrevivencia de las personas como un acto de solidaridad. Esto va a tomar dos formas:
Primero, decisiones dominantes sobre qué es noticia para enfocar la atención sobre las luchas y los esfuerzos comunitarios de comunidades enteras para hacer frente a las barreras empinadas (y crecientes) que previenen que personas tengan lo básico como vivienda estable, agua limpia, suficiente comida, y la seguridad de simplemente existir en público sin ser atacadas. El periodismo le va a hacer justicia a las realidades vividas por millones de personas al representar estas condiciones compartidas desde cero hacia arriba – en vez de aislar a un individuo excepcional que ha tenido golpes inusuales de suerte.
Segundo, el periodismo sobre necesidades básicas de sobrevivencia va a incluir periodistas entre esos con necesidad. En Austin, Texas, el Austin News Guild ha llamado la atención a las numerosas maneras en que periodistas locales luchan al no ser pagados suficiente para vivir en la ciudad que cubren. Mientras algunos líderes de periodismo puedan poner en duda la idea de que los periodistas “se conviertan en la historia”, nosotros tenemos que reconocer que reportar la verdad de la realidad vivida por los periodistas no es un conflicto de interés. En
cambio, es una señal de la necesidad urgente y creciente de solidaridad a través de la sociedad para demandar cambio.
Mientras el costo de vida aumenta, la probabilidad de una recesión se avecina, y el clima extremo se agrava debido al cambio climático, el periodismo que solo ofrece un pedazo del lado positivo de la historia ya no puede ser suficiente. Necesitamos más periodismo que esté a la altura de las circunstancias al representar las necesidades insatisfechas, explicando causas fundamentales, y justificando actividades comunitarias de base para construir una sociedad en donde la humanidad de todos es reconocida y respetada al nivel de condiciones concretas (materiales) vividas. En solidaridad, el periodismo reporta sin pedir disculpas la verdad de las luchas continuas y los esfuerzos colectivos de las personas para luchar por lo mejor.
Anita Varma lidera la Iniciativa de Periodismo Solidario en el Center for Media Engagement y es una profesora asistente enfocada en ética de medios en la School of Journalism and Media en UT Austin.
Traducido por Mariela Santos-Muñiz. Mariela es una periodista Puertorriqueña y empresaria de medios de comunicación, traduciendo contenido selecto del Inglés al Español y el Español al Inglés. Tiene una maestría en Relaciones Internacionales y Comunicaciones Internacionales de la Universidad de Boston.